La demanda de graduados del sector se ha multiplicado en los últimos años y Uruguay puede tener una ventaja, entienden los líderes, por la incidencia del Plan Ceibal en la educación primaria.
En los últimos años las posibilidades para quienes decidan estudiar carreras vinculadas a la tecnología se dispararon en la región y Uruguay podría tener una ventaja. Más allá de los vaivenes económicos, el sector de TI está en franco desarrollo y se espera un crecimiento exponencial de la industria. Sin embargo, la cantidad de graduados en los países de América Latina no logra acompañar el crecimiento del sector, por lo que el “gap” entre la demanda y la oferta de trabajo no alcanza a cerrarse: año a año, miles de puestos quedan vacantes en todo el planeta.
Esta realidad ha posicionado a Uruguay como “semillero” de talentos por tener algunas ventajas, afirman los líderes de reclutamiento de las compañías, dado que la implementación del Plan Ceibal puede llegar a significar un elemento clave para que las nuevas generaciones tengan más aversión a las carreras de grado con especialización técnica en tecnologías de la información.
Sin precedentes en el mundo por su alcance nacional, el Plan Ceibal permitió que todos los niños de los centros de educación estatales recibieran en 2007 una computadora portátil con conexión inalámbrica (WiFi), tanto dentro como fuera del aula, brindando así conectividad a centros educativos y sus entornos en todo el territorio del Uruguay.
Sobre este fenómeno regional de carencia de talentos, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), de Argentina, publicó un estudio de la Fundación Sadosky que indicó: “Ni el crecimiento en la demanda (de profesionales), ni los salarios altos lograron despertar el interés de los jóvenes por estudiar o trabajar en informática, convirtiéndose esto en un cuello de botella para el desarrollo del sector. Si bien se reciben entre 3.500 y 4.000 estudiantes al año, la demanda duplica esta cifra”[1]. Además, dentro del limitado número de estudiantes en las carreras universitarias vinculadas a la tecnología, como la Licenciatura en Informática, Gestión de la Tecnología, Ingeniería en Sistemas o Programación, las mujeres continúan en minoría.
Se trata de un fenómeno global, en el que América Latina no es la excepción. Según un informe elaborado por la UNESCO, "el porcentaje de mujeres que cursan estudios de ciencias y tecnología varía en un rango del 25 al 30% en todos los países"[2]. En Uruguay, Brasil y Argentina las cifras son similares y las perspectivas no son de mejora.
Así como el estado en Uruguay puede haber marcado el camino para el futuro laborar de los talentos más jóvenes cuando definió en 2007 entregar a cada niño en edad escolar y a cada maestro una computadora portátil en forma gratuita, en Argentina también el estado ha tomado algunas medidas para facilitar el estudio de las carreras técnicas: ya hay algunas becas que destinan una partida mensual para apuntalar el esfuerzo de jóvenes de familias vulnerables que se han inclinado por la formación en ingenierías o en el sector tecnológico. Otra alternativa implementada es el mecanismo que emula a los créditos, utilizados en universidades extranjeras, para que los estudiantes tengan la posibilidad de cambiar entre carreras similares con la homologación de equivalencias de las materias ya aprobadas.
Sin embargo, el esfuerzo en la región no se restringe al sector público. Ante la carencia de profesionales, las empresas líderes del sector decidieron desplegar un gran abanico de acciones para impulsar la formación en carreras tecnológicas, y en esas acciones Uruguay puede correr con ventaja.
La estrategia de recruiting combina desde actividades para la difusión de la oferta universitaria, la creación de capacitaciones ad-hoc, convenios con instituciones de formación superior y los acuerdos de cooperación con ONGs que tienen objetivos similares. “El hecho de que en Uruguay los estudiantes estén familiarizados por completo con la tecnología hace más de 10 años, incluso desde la escuela, es una señal para el sector y miramos a los estudiantes uruguayos con gran expectativa”, señaló Mariana Narduzzi, Gerente Regional de Recursos Humanos de Red Hat, quién agregó: “Los profesionales son nuestro principal activo. Necesitamos tener colaboradores que realicen aportes sustanciales al avance tecnológico con una mirada holística sobre los modelos de negocios, en una industria en constante transformación”.
Conscientes de que el sector de TI en la región demanda cada vez más profesionales, la empresa proveedora de soluciones de código abierto lanzó un programa integral destinado a la atracción de nuevos talentos al mercado y apunta a que los estudiantes uruguayos también puedan verse atraídos. Con este fin, cerró alianzas con Chicas en Tecnología y Plan Azurduy, de la Fundación EIDOS, organizaciones sin fines de lucro que buscan promover la participación de mujeres en carreras vinculadas a la industria tecnológica y proponen a jóvenes de escuela secundaria desarrollar aplicaciones para celulares que brinden herramientas para resolver problemas en sus comunidades.
Además, Red Hat apadrinó Outreachy, un programa de pasantías impulsado por Software Freedom Conservancy, para fomentar la pluralidad en las compañías y promover la participación en Free and Open Source Software (FOSS). “Creemos que este tipo de estrategias para atraer jóvenes se va a convertir en un fenómeno generalizado en la industria. Sabemos que en el corto plazo necesitaremos cada vez más graduados y con mayor especificidad”, enfatizó la ejecutiva de Red Hat.
[1] “Y las mujeres…¿Dónde están?” Fundación Sadosky. Investigación y Desarrollo en TIC.
[2] “Informe de la UNESCO sobre la ciencia. Hacia 2030”. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
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