En el nuevo universo pueden desarrollarse conductas delictivas dañinas para quienes participan en él, que fueron expuestas por Prosegur Research.
El metaverso ya es uno de los grandes paradigmas de la convergencia tecnológica, un nuevo mundo en donde se integran distintas tecnologías para ofrecer una experiencia completa al usuario. Pese a que aún se encuentra en las primeras fases de su desarrollo, ya se visualiza cómo las principales compañías tecnológicas están realizando fuertes inversiones en este ámbito.
Sin embargo, este nuevo universo tiene sus riesgos y desafíos. Cuestiones como la hiperindividualización de los contenidos y servicios, la explotación económica, el anonimato y el traslado de las problemáticas sociales comunes al ciberespacio facilitan en gran medida el auge de conductas delictivas.
Prosegur Research, el Insight&trends center de Prosegur, junto con la unidad de inteligencia y prospectiva del Grupo Prosegur, elaboró el informe “Luces y Sombras del Metaverso”, en el que se abordan estos temas, y se analiza la evolución de la seguridad para ayudar a las organizaciones a estar más preparadas.
A continuación, se detallan los diez principales riesgos de seguridad para el usuario en el metaverso:
Espacio económico sin regular: Ni el metaverso ni los espacios cripto están tan regulados como el mundo físico y el bancario, por lo que son un elemento atractivo para estafadores y ciberdelincuentes. El desconocimiento por parte de usuarios y empresas puede facilitar el éxito de estafas mediante engaños apoyados en las tecnologías. A esto deben sumarse los riesgos ya presentes en internet, como los ciberataques, especialmente el ransomware, que busca secuestrar datos almacenados solicitando un rescate económico.
Suplantación de identidad: Las personas podrían ser víctimas de robo de datos personales, ya sean económicos o biométricos, que pueden ser comercializados o utilizados de manera ilícita, en el propio metaverso o en el entorno físico.
Extorsión: El empleo de avatares por parte de delincuentes -mediante la grabación de conversaciones o interacciones- permite extorsionar a los consumidores de contenidos amenazándolos con publicar información personal.
Gamificación perversa: Permite la utilización de dispositivos de realidad aumentada de manera imprudente o descuidada para la seguridad al asumir conductas de riesgo o al situar a personas sin intención criminal en situaciones comprometidas, por ejemplo, dando acceso a zonas restringidas. Esta tecnología da una mayor sensación de inmersión que facilita que esquemas de coerción y manipulación tengan un mayor impacto sobre las víctimas.
Polarización social: Existe un alto riesgo de polarización política y social a raíz de la hiperindividualización de contenidos. La tecnología permitiría una visión del mundo característica y única para cada usuario, por lo que se ha señalado que se podría llegar a bloquear visual y/o auditivamente contenido que no esté acorde a los gustos o ideas de cada persona.
Captación y radicalización: La ausencia de registro de las comunicaciones (chat de texto, chat de voz, aprovechamiento de espacios físicos dentro de los juegos) y la sensación de anonimato facilitan interacciones sensibles para captar a jóvenes en las filas de organizaciones criminales o terroristas.
Conductas violentas: El metaverso permite un auténtico traslado al plano virtual de las conductas intimidatorias o violentas como el abuso o el acoso, de manera similar a como ocurre en redes sociales; además, estas suceden en un entorno de difícil investigación y judicialización.
Exposición de menores: Pese a que el avatar carece de presencia física como tal, el hecho de que las interacciones entre usuarios sean reales y puedan desarrollarse sin supervisión potencia la probabilidad de que en circunstancias como el anonimato, menores con curiosidad se expongan a todos los riesgos mencionados.
E-learning criminal: En el contexto en el que las comunicaciones convencionales son fácilmente rastreables por parte de las autoridades, el metaverso se configura como una escenario ideal para el aumento de las actividades de transmisión de conocimientos y planificación de operaciones para los organizaciones criminales y terroristas (replicar escenarios de atentados, simuladores de vuelo, con el desarrollo de la IA se podría simular la respuesta de fuerzas de seguridad o servicios de emergencias, entre otros).
Riesgos físicos: No se puede obviar el traslado de los riesgos económicos y físicos al entorno físico, así como nuevos riesgos para la salud y la integridad del usuario, como los mareos, las caídas o las ciber enfermedades, según apunta el Foro Económico Mundial (FMI) al señalar efectos a largo plazo tales como la pérdida de coordinación visual.
Puedes consultar todas estas cuestiones con más detalle en el informe “Luces y Sombras del Metaverso, de Prosegur Research. Accede desde aquí.
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