Representantes del sistema político, del ámbito empresarial y dos expertos en relaciones laborales y en recursos humanos se reunieron en el evento “Trabajar en un modelo híbrido: grandes retos para las empresas, organizado por FERRERE para abordar los desafíos que se abren tanto para el sector empleador como para los trabajadores en la era post COVID-19.
El encuentro, que también se desarrolló en un formato híbrido (presencial para algunas personas, mientras que otras lo siguieron virtualmente), contó con la participación del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres; la senadora Carmen Sanguinetti, impulsora del proyecto de ley que regula el teletrabajo que se aprobó en agosto; el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, Daniel Sapelli; el especialista en Derecho del Trabajo, Relaciones Laborales y Seguridad Social y socio de FERRERE, Alberto Baroffio; y el líder del área de Consultoría en Estrategia y Capital Humano y socio de CPA Ferrere, Gonzalo Icasuriaga. Verónica Raffo, directora del Departamento Laboral y socia de FERRERE y experta en Relaciones Laborales y Negociación, fue la moderadora.
Raffo introdujo la temática haciendo alusión a algunas tendencias que se vienen desarrollando a nivel global, con independencia de los notorios cambios que trajo aparejada la pandemia de COVID-19.
En ese sentido hizo referencia a la globalización de las cadenas productivas, a la revolución digital, la llegada del Big Data, la inteligencia artificial, la robotización y la automatización de procesos, que ha generado la desaparición de algunas profesiones y la irrupción de nuevas. "En medio de esa tormenta perfecta aparecen nuevas formas de organización del trabajo, como el teletrabajo” y con la llegada de la pandemia “dejamos de lado los prejuicios y nos dimos cuenta que funcionaba bien. Ahora la gran tendencia es ir hacia un modelo híbrido de trabajo donde se combine presencialidad y virtualidad”, afirmó.
El ministro Mieres aseguró que la nueva ley es “bienvenida” ya que “permite dar garantías a ambas partes”. El ministro dijo que en el presente el desafío del MTSS es “reglamentarla. En ese sentido, dos temas “que están generando preguntas” son el trámite de la inspección laboral, “que se complejiza” porque al ser en el domicilio del teletrabajador requiere la autorización del propietario previo a la inspección, y cuál será el límite entre los accidentes laborales y los domésticos.
Por su parte, Sanguinetti señaló que el espíritu de la ley que impulsó fue el de “crear una norma que garantizara derechos y obligaciones para trabajadores y empresarios, pero que no los encorsetara, porque buscamos generar el marco legal de protección pero que, en definitiva, se promueva el teletrabajo y no se lo inhiba”.
Sapelli, en tanto, coincidió con Mieres en las dificultades que se presentan en la inspección, porque puede no ser en la casa del trabajador, sino en la de un familiar, por ejemplo, o incluso “puede ser que esté trabajando desde otro país”.
“Me preocupa que los trabajadores queden todos desperdigados. Por más que uno tenga metas, objetivos y demás, el concepto de equipo, de estar juntos, es importante. Temo que se genere una falta de pertenencia a la empresa, por eso el modo bimodal va a ser más efectivo para mantener a la gente estimulada”, aseguró.
Baroffio calificó a la ley como “positiva” porque “avanza de cara a lo que viene en la actividad laboral”. A modo de síntesis, algunas de las novedades que destacó de la nueva ley fue el lugar donde se trabaja, pudiendo ser el domicilio del empleado u otro lugar convenido; el horario, que ya no será limitado en forma diaria sino semanal y que da la posibilidad al teletrabajador de distribuir libremente su jornada en los horarios que mejor se adapten a sus necesidades y de la empresa sin superar el máximo legal de horas semanales de trabajo estipuladas; y al derecho al descanso y a la desconexión, ya que deberá existir una desconexión mínima de ocho horas continuas entre una jornada y la siguiente.
“Este es un punto moderno porque la ley no se preocupa solo por un posible accidente físico sino que también, cuando pone la obligación de que existan ocho horas de descanso, está pensando en la salud mental del trabajador”, indicó.
Consultado sobre patrones y tendencias del modelo híbrido en el mundo, Icasuriaga dijo que se ha notado un aumento de la productividad –de entre un 30% y un 50%, según encuestas a empresarios- pero también algunas dificultades asociadas a la salud de los trabajadores, ya que de acuerdo a esas encuestas, más de un 50% de las personas tuvieron problemas de agotamiento y ansiedad.
“Las empresas que trabajan en serio este tema tienen claro que el 100% virtual no va y que el 100% presencial implicaría como un retroceso, como un volver atrás y no aprovechar lo que se aprendió en este año y pico, por lo cual el modelo híbrido se decantó, más por necesidad que por decisión estratégica”.
Se abre una enorme oportunidad que es pensar “cómo queremos aprovechar lo mejor de los dos mundos” y eso requiere repensar muchas cosas, dijo.
“Si hay algo que aprendimos muchos líderes fue hacer una capacitación acelerada en el camino de empatía y desarrollo de habilidades blandas. La distancia del teletrabajo nos mostró que es importante ver a una persona en un 100%, no solo como una pieza de un equipo que aporta determinados conocimientos técnicos en un rol y en una función”, indicó.
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