La ciberseguridad ya no es sólo una cuestión técnica, sino que se ha convertido en una prioridad estratégica en las organizaciones. La creciente complejidad digital requiere un enfoque integrado que combine la gestión de vulnerabilidades y simulaciones continuas. Este proceso depende cada vez más del compromiso de los ejecutivos, ya que la seguridad es ahora una responsabilidad compartida con la alta dirección.
Superficie de ataque en expansión
Con la transformación digital, la pandemia y las nuevas tecnologías, la superficie de ataque crece sin parar. Las aplicaciones en la nube, la IoT, las API y el trabajo remoto amplían los vectores de riesgo. Las herramientas de Attack Surface Management (ASM) se han vuelto esenciales para identificar vulnerabilidades, ya que "lo que no se puede ver no se puede proteger".
El Gartner Hype Cicle destaca que soluciones como ASM y Breach and Attack Simulation (BAS) son esenciales para mitigar riesgos en tiempo real, ayudando a las empresas a identificar infracciones antes de que se conviertan en incidentes.
Gestión continua de vulnerabilidades
La seguridad hoy en día va más allá de los cortafuegos y los antivirus. Es necesario monitorear, identificar y corregir las vulnerabilidades de manera continua. Las herramientas modernas le permiten priorizar las fallas en función del riesgo real, utilizando marcos como MITRE ATT&CK y métricas como el Sistema de puntuación de vulnerabilidad común (CVSS).
La integración entre BAS, gestión de vulnerabilidades y pentest garantiza pruebas continuas, simulando escenarios de ataque reales para evaluar la efectividad de las correcciones.
No se trata de seguridad, se trata de negocios.
El papel del ejecutivo de ciberseguridad es tener una comunicación más didáctica, clara, objetiva y precisa, es decir, traducir los riesgos técnicos en valor de negocio. La comunicación con la alta dirección debe enfatizar cómo la seguridad:
– Garantiza la continuidad operativa y la resiliencia.
– Evita pérdidas financieras y reputacionales.
– Cumple la normativa y fortalece la confianza de clientes e inversores.
En lugar de hablar con jerga técnica como ataques DDoS o vulnerabilidades, la atención debería centrarse en mitigar los riesgos financieros y proteger la confianza en el mercado.
El papel decisivo del liderazgo
El ejecutivo es tan importante como el técnico. Promueve una cultura de seguridad, integrando innovación y protección. Sin este liderazgo, la transformación digital pierde fuerza y se vuelve vulnerable. La seguridad eficaz conecta el gobierno corporativo con los desafíos operativos, protegiendo el crecimiento sostenible de la organización. Las empresas que adoptan un enfoque estratégico en materia de ciberseguridad no sólo sobreviven, sino que se destacan como líderes en un mercado cada vez más competitivo y digital.
Alexandre Murakami, director de la Unidad de Negocio de Seguridad Latam de Logicalis.
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